A dos días de terminar el año he decidido compartir con ustedes algunos comentarios antes de iniciar con el 2014 que espero sea el mejor período de tiempo en mi vida y en la de todos ustedes también. Creo que como cada año uno de los propósitos más importantes de nuestra lista personal es conservar una salud y energía óptimas, así como recuperar y mantener una figura espectacular, que muestre positivismo, entusiasmo y bienestar. Cuántos de nosotros nos proponemos algo y no llegamos a la meta o si lo hacemos no es de manera permanente. Existen razones para esto. En primer lugar debe existir una sincronía entre el cuerpo y el espíritu ya que en este plano terrenal uno requiere necesariamente del otro. Hay una frase que dice: el cuerpo come cuando el espíritu tiene hambre. Mucho de cierto hay en esto, ya que en la actualidad con toda la información que se maneja en los medios de comunicación la mayoría de la gente sabe de alguna forma que es lo más adecuado para nutrirse saludablemente. Sin embargo y pese a que lo sabemos, seguimos consumiendo alimentos que no le aportan al organismo aquello que requiere para mantenerse en peso y porcentaje de grasa óptimas. Es como si las ganas de comer lo que menos nos nutre, nos ganaran. Una de las causas principales para que esto suceda es que la comida es una especie de herramienta que utilizamos para cubrir y llenar los vacíos existenciales. Muchas veces sucede que no tenemos hambre, pero sin embargo estamos ansiosos, desesperados, tal vez molestos o incómodos con alguna situación, en pocas palabras sin paz, y es entonces donde la comida surge como un tranquilizante temporal, que al final no compensa ni la ansiedad, ni el enojo, ni la desesperación, pero que por unos momentos mientras comemos la distrae. La comida puede hacer en algunas ocasiones la función de cualquier tipo de droga. De ahí la importancia de lo que yo llamo nutrir el alma. Si utilizamos recursos que nos ayuden a manejar nuestras emociones como la meditación, relajación o cualquier tipo de terapia como la emociotécnica, que nos brinde una posibilidad de quietud interna, será mucho más sencillo controlar lo que comemos. Cuando espiritual y anímicamente buscamos vivir internamente en paz es mucho más fácil manejar todo aquello que concierne al cuerpo. Encontrar el equilibrio entre nutrir el cuerpo y nutrir el alma, sería el ideal que cualquier hombre o mujer quisiera tener en esta vida. Cuando el equilibrio entre la nutrición física y emocional se dan, es literalmente imposible que una persona sea obesa o se encuentre deprimida. De acuerdo a los 31 años de experiencia que tengo como nutrióloga no existe forma de mantener un peso y salud óptimos si no alimentamos al mismo tiempo nuestro espíritu. Para este próximo año 2014 yo deseo para ti y para mi, que vivamos en perfecto equilibrio NUTRIENDO EL CUERPO Y TAMBIÉN EL ALMA.
Liliana.
Liliana.