
La realidad es otra. Es un alimento netamente maravilloso, y aunque muchos la consideran engordativa, una papa chica de 100 gramos tiene el mismo contenido calórico que una porción de fruta.
Es un tubérculo, y aunque es de origen vegetal, nutricionalmente se encuentra perteneciendo al grupo de los cereales por su contenido de hidratos de carbono. Es de fácil digestión, contiene vitamias A, C, B1 y B2, además de minerales como potasio, hierro, calcio y fósforo, por mencionar solo algunos. Mismos que se encuentran en mayor proporción inmediatamente por debajo del hollejo, esta es la razón por la cual se recomienda consumirla con todo y piel. Tiene propiedades curativas, ya que es un alimento alcalino que contraresta la acidéz de la sangre provocada por el consumo de alimentos como la carne. El jugo que se extrae de la papa cruda, se emplea en tratamientos contra la gastritis y la úlcera péptica. Se le atribuyen propiedades antioxidantes, motivo por el cual estimula el sistema inmunológico. Preparada en caldo es antiemoliente, diurética, antiescorbútica, recontituyente y antirreumática. La solamina
contenida en su cáscara ayuda a proteger la mucosa gástrica.

¿De dónde se origina la equivocada idea de que la papa es un alimento engordador y diabólico?
Lo realmente malo de la papa, no es la papa en sí, es el modo en que la cocinamos. Cuando la asamos o hervimos conserva gran parte de sus bondades, pero cuando las ponemos a freir... pierde los beneficios que nos pudiese aportar y se convierte en trozos de carbohidratos saturados de grasa. Peor aun, si el aceite que utilizamos para freírla no es nuevo, entonces este sano, magnífico y extraordinario alimento se puede convertir en algo así como... un asesino silencioso. No significa que por comer de cuando, en cuando una bolsa de papas fritas vayamos a morir, pero si ésta, es la única forma en que la consumimos y lo hacemos con mucha frecuencia, debemos considerar que la grasa que se recalienta una y otra vez, se convierte en un enemigo muy poderoso para la salud, ya que se oxida y se convierte en ácidos grasos trans que son altamente cancerígenos.
La papa cocida o asada natural no engorda, a menos que la comamos en exceso y casi todos los excesos son malos. Lo que realmente convierte a la papa en un alimento prohibido en la dieta para disminuir de peso es la forma de prepararla y los ingredientes extras que le agregamos.
LIALIANA