Hoy es 25 de diciembre. Ya sabrán... tengo aproximadamente cuatro días cocinando, acomodando, limpiando y lavando. Cuando parece que ya esta todo en orden, pues no falta quien vuelva a preguntar: ¿Qué vamos a comer; y de desayunar... a poco no vamos a almorzar?, digo...no es que recomiende saltarse tiempos de comida, de ninguna manera, pero no pasa nada porque en alguna ocasión se nos junten dos horarios, y la merienda equivalga a la comida y a la cena, pero en fin...así pasa, no puede uno desentenderse de sus responsabilidades y hay que alimentar a la raza.
Por cierto: agradezco a mi querida familia que se mostró muy cooperadora, en especial a Lily quien se encargó de envolver todos los presentitos que regalé, con el apoyo de todos fue más liviano mi trabajo.
Les quiero compartir, que este año la cena de navidad tocó en mi casa. Desde que mi mamá pasó a mejor vida, un año celebramos en casa de mi hermana Rebeca y otro en la mía. ¡A mí me encanta!, como ustedes saben, cocinar y atender a mis invitados de la mejor forma posible, (es siempre un placer). Así que los preparativos para una fecha tan importante, vienen desde hace un par de semanas. Planear el menú, cuántos invitados son, cómo nos vamos a sentar, el orden del día (en este caso de la noche), ¿Qué se sirve primero?, etc.
Eramos al rededor de 30 personas, porque con mucha satisfacción les digo que los hermanos, el papá y la familia completa de mi compadre Danilo (esposo de mi hermana Rebeca) me hicieron el honor de asistir y estar presentes en esta tan solemne celebración.
Los platillos para la cena, fueron múltiples y abundantes (gracias a Dios).
De botana: unos champiñones a la mantequilla y una charola de las que a Sandra, la hermana de mi compadre Danilo las hace espectaculares, con manzanas cubiertas de chamoy con tamarindo y una variedad de chilitos que pienso fue, lo menos calórico de la noche. De platillos fuertes: spaghetti rojo estilo italiano y spaghetti verde con rajas de chile poblano, queso y crema, todo muy bien sazonado; puré de papa estilo francés (con pura mantequilla y leche), coliflor en salsa de tres quesos con fresas, jamón estilo Virginia, bacalao a la Doña Gloria (tradición de mi mamá grande que en paz descanse), chiles en nogada (cortesía de Danilo y de mi querida hermana), frijoles charros estilo Dra. Márquez, mismos que preparé para recordarla con el cariño y el amor que tanto yo, como mis hermanos y mi papá reservamos para ella. No podía faltar el 
el exquisito menudo (receta especial de don Danilo), que tuvieron el privilegio de degustar los que optaron por quedarse hasta el final, o sea a la torna navidad (porque ahora hay pre y torna para todo, pre reu, torna quince, pre caída, torna boda, al menos así dice Lily, mi adorada y muy popular niña). Pan... ¿de cuál quieren?, cuernitos, panecitos redondos y larguitos rellenos de queso crema, pan francés (bolillo) y las tradicionales tortillas de maíz, que fueron solicitadas para acompañar el menudito. ¿Y de postre....? aaaaaaaa... pues todo un surtido: rollo de cajeta, pastel de queso con cacahuates, rosca de leche quemada que me regaló mi hijo adoptivo Giancarlo (quien por cierto es un amor y siempre me tiene presente), pie de dátil con nuez, mostachón de fresas y de mango preparado por las sagradas manos de Sandra la hermana de Danilo, quién se luce con la repostería, y que además nos deleitó con una riquísima y vistoza charola de galletas, empanadas y panecitos que ella misma prepara, un corazón gigante de dulce de leche con nuez, mis únicas y siempre recién hechas nueces garapiñadas, y por supuesto canastas, cajitas, platitos de dulces y galletas, que es tradición regalar entre las amigas y vecinas. De beber: vino tinto, whisky, tequila, refrescos de todo tipo, agua mineral y botellitas de agua. Y digo yo ¿dónde está la crisis?
Crisis, bendito Dios no estuvo presente, le pusimos falta. La que si llegó para quedarse permanentemente fue la abundancia, y deseo de todo corazón que así haya sido en la familia de cada uno de los habitantes de este planeta.
Ayer la cena de noche buena, hoy la comida de navidad, misma que se prolongó hasta las nueve de la noche. En ocasiones el trabajo que representa reunir a mis seres queridos es agotador, pero no cambiaría estos momentos por un día de fiaca tirada en la cama, son espacios únicos, donde podemos convivir y ventilar el estado anímico de cada quien y la situación por la que cada uno está pasando. Risas, chistes (a veces el mismo cuento que ya se platicó mil veces nos saca una nueva carcajada),
comentarios, todo fue maravilloso.
¿Y la dieta?, se me hace que se quedó en el olvido, aunque debo decirles, que en lo que a mí se refiere probé de todo, pero moderadamente, con orgullo les comparto que no subí ni un gramo, de verdad que no es nada fácil mantenerse en línea en fechas como estas. Espero que en el recuento de los daños, la factura no sea muy elevada, y rápidamente puedan deshacerse de los kilitos acumulados quienes no pudieron contenerse y abusaron un poquito de las delicias culinarias. Me imagino que la lista de buenos propósitos para el nuevo año ya está bien elaborada, somos muchos los que tenemos como prioridad hacer mejoras en lo que se refiere a la salud. Así que segura estoy, que hacer ejercicio, dejar un mal hábito, etc. encabezan la famosa listita. Hay quienes están esperando el último segundo de este 2009, para empezar con el pie derecho el 2010. Ojalá y no quede solo en buenos propósitos, y podamos llevar a la práctica y demostrar con hechos, que si podemos mejorar y cambiar. Debo decirles que de ningún modo debemos pensar, en hacer modificaciones en nuestra vida porque alguien nos diga que así debe ser, el verdadero compromiso es únicamente con nosotros mismos, porque nada que no sea un auténtico deseo personal, que nazca desde lo más profundo de nuestro corazón y nuestra conciencia, podrá realizarse de forma permanente. Y porque la oportunidad de vivir esta vida, es responsabilidad de uno mismo y de nadie más. Esta es la única forma de no culpar a los demás por lo que nos pasa, y es la única manera en la que nadie más podrá culparnos, de lo que le suceda. Debemos actuar libremente, entender que a lo máximo que podemos aspirar es a cambiar nosostros, esa es la única posibilidad que tenemos de mejorar el mundo. Y con eso es suficiente.
Yo deseo con toda honestidad que los anhelos y las metas que tengamos en mente, puedan plasmarse en el mundo de lo real. Deseo que cada uno, logremos superar nuestros miedos. Deseo que cualquier sufrimiento que podamos tener, sea una PRUEBA SUPERADA, pero sobre todo; quiero que el amor que tenemos la capacidad de dar, se derrame de nuestra alma para compartirlo con cada ser que pase por nuestras vidas, que la compasión sea el valor que prevalezca durante el resto de nuestra existencia, y que la autorrealización se manifieste a la brevedad. Pienso en un mundo saturado de personas felices y plenas. Añoro un universo con paz, seguridad y confianza; en el que podamos estar con alegría, para que el tiempo que permanezcamos en él, haya valido cada milésima de segundo.
No creo que sea mucho pedir. ¿O si?
Y a mis pacientes les deseo un 2010 lleno de salud y músculos, libre de grasita corporal y es lo mismo que también quiero para mi.
Ánimo, siempre se puede. Dios siempre quiere.
Liliana.
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