
No sé que opines, pero yo creo que todo tiene energía. Pienso que cada cosa tiene su esencia. Por ejemplo: cuando digo la palabra hamburguesa, tu no te imaginas un trozo de pizza, si digo manzana tu no piensas en una naranja. Así de simple y de complejo, cada cosa la identificamos por un nombre, a esto es a lo que yo llamo identidad.
En un acto de conciencia, es indispensable reconocer que hemos cometido un abuso y hemos demostrado una total falta de respeto hacia los alimentos, mismos que de alguna manera están tomando venganza, convirtiéndose en el enemigo número uno para nuestra salud.
Nutrirnos se ha convertido en algo mecánico, cuando en realidad debiese ser un momento solemne, ya que es la forma de proporcionarle al cuerpo las sustancias necesarias para continuar con vida y con salud. Se supone que científicamente hablando somos animales mamíferos, pero lo que nos distingue del resto es que podemos razonar, o sea pensar, lo que a su vez significa que tenemos grandes ventajas y lo que para las demás especies representa un acto instintivo, para nosotros debiese ser todo un ritual. Desde preparar lo que vayamos a comer, hasta la forma de servirlo, por último lo más importante: sentir agradecimiento.

Voy a emplear una metáfora que tal vez resulte un tanto absurda pero que finalmente escenifica una realidad en relación con la comida.
Como soy mexicana me gusta poner ejemplos con tacos, pero consideren que se puede tratar de cualquier alimento.

Viene el cuento.
Había una vez un taco, que vivía en una comunidad donde todos eran tacos. Los había de machacado con huevo, frijolitos, picadillo, nopales, queso, chorizo, papita, chile relleno, barbacoa, deshebrada, chicharrón; digamos que era toda una ciudad de ricos y felices tacos de todas la variedades. Pese a que cada taco sabe que existe para terminar en el aparato digestivo de algún hombre o mujer que decida escogerlo para ser comido, en el fondo desea desaparecer con dignidad. El taquito considera que vale la pena convertirse en la energía que dará vida a la maravillosa máquina que es el cuerpo. Se siente honrado de ser el elegido para estar en el plato que alimentará a su queridísimo amo. Imagínense al taco en espera de su sentencia a muerte, y además lo hace con gusto. Sin embargo llega el humano, ensimismado, dispuesto a dar su próxima comida y con una gran soberbia, se sienta y sin mas ni mas, come, como no lo hace con conciencia pues termina comiendo de más.
El pobre taco, sabe que el individuo no se da cuenta de cuánto come, por lo tanto en definitiva muchos de sus hermanos tacos terminarán como el, en la panza de alguien que ni siquiera lo miró antes de ingerirlo, y mucho menos le agradeció estar dispuesto a dar su vida para mantener la de el. El taquito desilusionado se molesta, le enfurece saber que no se le tomó en cuenta y que de ninguna manera se le mostró respeto a su tan sacrificada disponibilidad, entonces...decide vengarse y transformarse en un horrendo monstruo, es así como produce gases, gastritis, colitis o cualquier tipo de malestar estomacal. En el fondo lo que esta tratando de decir es: "a ver si para la próxima pones más cuidado y atención, es más para que se te quite lo inconsciente te voy a engordar, yo y mi querida familia de tacos en lugar de proporcionarte el placer que mereces al comernos, hemos decidido engordarte y junto con el resto de la comida que es también nuestra amiga, te vamos a torturar y vamos a fabricar en tu magnífico cuerpo una cantidad de depósitos de grasa, con una inmensa panza, ya verás que nunca más volverás a mostrarnos indiferencia, antes al contrario tendrás que borrarnos de tu menú, vas a tener que pensarlo muy bien la próxima vez que desees comernos de nuevo".
Así es como nos convertimos en esclavos de la comida. Es de este modo que los alimentos se convierten en nuestros enemigos, cuando inicialmente son amigos fieles.


Siempre estamos a tiempo de reconsiderar, nunca es tarde para modificar actitudes. Comencemos por tratar de reconciliarnos con la comida, tengamos por lo menos la generosidad de observar con gratitud aquello que tenemos en el plato. Démosle un pequeño espacio de nuestro tiempo. Es muy posible que en el futuro si comemos con conciencia los alimentos nos perdonen y decidan no volvernos a engordar.
Liliana.
1 comentario:
me encató esta mini historieta...y es que es cierto...no comemos ..tragamos sin conciencia...esa es la clave que no tenemos conciencia y abusamos de los alimentos...bien dice mi queridisima Liliana...Podemos comer tacos ..pero tacos de: Nopalitos, queso ala plancha,Rajas...etc
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