POR QUÉ DEBERÍAS ELEJIR TRATAR TU PADECIMIENTO CONMIGO.

El objetivo principal de mi tratamiento es utilizar la alimentación como un medio para el crecimiento y realización de mi paciente tanto en el aspecto físico, como en el emocional y espiritual.
Cualquier desajuste o carencia la transformo en una área de oportunidad para capitalizar las experiencias. La idea es lograr que mi paciente elimine permanentemente la grasa corporal en exceso o bien erradique ese hábito indeseable que tanto le molesta y le perjudica. Que mejore simultáneamente todas las demás áreas de su vida. Enriqueciendo su día a día, a través de una serie de intenciones cotidianas que harán del tratamiento algo único, personal, sencillo y versátil, más que nada divertido y estimulante.
Si acudes a tus citas tu éxito esta garantizado.

martes, 4 de noviembre de 2008

PROHIBIDO ARRASAR CON LA COMIDA

Ya aclarado el punto acerca de los comentarios negativos. Retomemos temas más ambles y que se refieren a lo que nos concierne: VERNOS Y SENTIRNOS MEJOR.
Cuando era pequeña, o sea ya hace muuuuuuuchos años, este asunto de la comida era importante, pero lo era más para los adutos que para los niños. Tengo cinco hermanos y yo soy la mayor, recuerdo que todos comíamos bastante bien y suficiente. Pero como que hasta los diez u once años yo no le daba mucha importancia a la comida. Fue más o menos como a los doce que me di cuenta de que yo no era tan flaca como la mayoría de las compañeras de mi colegio, bueno tampoco era gordita, pero si esbelta y gracias a Dios así continúo, si engordo me quedo sin chamba (imagínense que ejemplo); pues bien, fue a esa edad que entonces sí le empecé a dar un poquito más de importancia a la figura y es que a casi ningún niño y menos a las niñas les importan esos asuntos relacionados con la salud, se trata de jugar y divertirse, ir a la escuela, aprender, conocer amigos, y tratar de lograr recibir la menor cantidad de regaños posibles de los adultos y sobre todo de nuestros papás. A quién le importa un infarto a los 50 si solo tengo 10. En fin que ya a los doce aparece el primer asomo de conciencia y entonces sí, empieza a ser importante el ¿cómo me veo?, porque inicia el tema de la popularidad y entre más estética y flaquita pues mejor te relacionas y más te aceptan los de tu edad, así fue como sucedió que tuve mi primer encuentro con este asunto de cuánto y qué debo comer. Y parece mentira pero como que al poner más atención en algo, sucede que se vuelve una fijación. No soy muy postrera, bueno me encantan los postres sobre todo los bien elaborados y me fascina preparar algunos, pero cuando los como es solo para probarlos, como que mi debilidad no es lo dulce. Sin embargo recuerdo bastante bien que en ese tiempo el flan napolitano era entonces mi favorito. Como en mi casa éramos seis, si comías o no como quiera se acababa. Esa era la razón por la cual no era posible dejar la oportunidad para más tarde. Así es como sucede que se empieza a comer demás. Este es uno de tantos ejemplos que suceden en la vida de las personas que tenemos problemitas con la frecuencia y la cantidad de alimentos que consumimos. Para colmo sucede que el factor que provoca el problema desaparece, en este caso en específico que ya no comemos los seis al mismo tiempo, ahora cada quien come con su familia, ya no hay necesidad de competir por la comida, incluso cada uno puede comprarse o preparase un flan para comerlo solito y qué es lo que sucede, que al hábito se arraiga y aunque sepa que cuento con todo el tiempo necesario para comérmelo (semanas si es preciso), pues de cualquier modo le doy hasta hartarme, ya que esta es la costumbre. Si cada uno de nosotros hace un análisis de como fué que poco a poco subió de peso. Seguro encontrará un motivo, o una serie de ellos, que desencadenaron el proceso que nos llevó hasta donde estamos. Ahora la situación por resolver es: ¿cómo revierto los resultados de dicho proceso?. Sea poca o mucha la grasa que queremos eliminar de nuestro pobre cuerpecito, debemos hacernos a la idea de que lo primero que tenemos que conseguir es comenzar con pequeños pero frecuentes esfuerzos, poco a poco podemos retroceder la película y quedar incluso mejor que antes. Lo malo es que la voluntad constante acompañada de paciencia no es una convinación muy frecuente.
Cuando mi papá nos veía comer como si nos fueran a robar la comida, simpre decía y sigue diciendo, acuérdense que en tres o cuatro horas tienen derecho a comer de nuevo. Mi papá siempre ha sido un individuo disciplinado y muy mesurado. Creo que este pensamiento lo he llevado conmigo desde entonces y cada vez que quiero arrasar con la comida como si fuera el último deseo de un condenado a muerte, siempre recuerdo sus palabras, dentro de tres o cuatro horas tengo derecho a comer de nuevo, es así como en la mayoría de las ocasiones me da resultado y puedo detenerme oportunamente. No tenemos que comer hasta reventar, la comida siempre estará para nosotros, siempre habrá una siguiente y otra y otra, un festejo y otro festejo y otro, una navidad, un cumpleños; gracias a Dios que quienes tenemos problemas con el exceso al comer, es porque defintivamente siempre podemos contar con comida en nuestra mesa. Y como siempre digo, respetemos la comida para que ella nos respete a nosotros.
Liliana.

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