Les ha sucedido que en ocasiones las cosas no suceden exactamente como las planeas. Te propones una meta, un objetivo. Decides que vas a modificar hábitos y actitudes que piensas no son recomendables ni para la salud física, ni para la emocional. Entonces con toda la voluntad que de tu interior puede emanar, te decides a cambiar. No volver a gritar, nunca más maldecir, disciplina al comer, hacer ejercicio cotidianamente, ya no fumar; es decir haces una lista de planes y proyectos para tomar el control de tu vida. Regularmente iniciamos muy bien, pasan algunos días y ahí la vamos llevando. Todo bien, parece que lo estamos logrando. De repente un acontecimiento no previsto nos saca de equilibrio, nos desenfoca de nuestro centro y perdemos el control.
Es común y muy natural, ya que los hábitos y las actitudes que tenemos años de venir practicando, dificilmente van a desaparecer en el primer intento. No quiero decir que no existan personas que puedan conseguirlo de inmediato. Me refiero a que en la generalidad de los seres humanos, se requiere más que un pensamiento de buena voluntad para sacar desde la raíz un hábito o costumbre de arraigo. Ojalá y todos pudiésemos cambiar de buenas a primeras. Solo inténtalo de nuevo, una y otra, y otra vez. En una de esas chance y lo logremos. Como dicen: TANTO VA EL CÁNTARO AL AGUA HASTA QUE SE ROMPE. Porque ahí donde ven, este refrán no solo hace referencia a una connotación negativa, también aplica para cuando de cosas buenas se trata.
LA INTENCIÓN DE HOY ES: RECOMENZAR. Hoy podemos volver a empezar. Cada día debe ser una nueva oportunidad para cambiar. Eliminemos la culpa que tanto retrasa el progreso personal en el logro de las metas. ¿No pudiste ayer?
No pasa nada, lo puedes conseguir hoy. Hoy es el día, hoy puedes volver a empezar.
Hasta la próxima.
Liliana.
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