
Una de las preguntas que incluyo invariablemente en el cuestionario inicial que realizo con cada uno de mis pacientes es cuáles alimentos no le gustan, cuáles le causan alergias y cuáles son sus preferidos. La razón principal es que en ningún momento voy a incluir en alguna de sus prescripciones dietéticas algo que no deseen comer.
Las dietas que les doy, deben tener como principio básico, que cada uno de los alimentos que estén incluidos en las mismas, sean del completo agrado de cada uno de mis pacientes. Esto es lógicamente porque nadie tiene por qué comer algo que en alguna ocasión ya probó y que definitivamente no le gusta. Sería muy desagradable consumir algo de forma obligatoria.

Sin embargo en mi experiencia entre más nos satisface algo y más se nos antoja, menos podemos dejar de comerlo. En ningún momento Leo, he querido que me mal entiendas, ni tu ni nadie que lea este blog. Te agradezco que te tomes el tiempo para leerme y te agradezco más que seas una persona tan sutil para comentar lo que piensas. Definitivamente manifiestas con esto; respeto y educación.
Cuando digo que en un tratamiento para bajar de peso, la comida no debe gustarnos, tampoco significa que deba tener mal sabor o poco sazón. Voy a poner un típico ejemplo que siempre menciono en mis consultas.
A mi me gusta toooooooodaaaaaaaaa la comida, cuando preparo una torta parto por en medio el pan francés, le quito el migajón, le corto las puntas, le pongo mayonesa, mostaza, aguacate, tomate, cebolla, lechuga, jamón, algún tipo de queso. Si la quiero fría así la dejo, si no, la meto al micro para que el queso se derrita y posteriormente la llevo al comal donde la tuesto por fuera con un poco de mantequilla. Tomo un plato, abro una bolsa de papitas naturales, de esas que no puedes comer solo una. Pongo en el plato la torta, por un lado las papas, y para rematar unos pepinillos o jalapeños, para luego empezar a comer. Le doy una mordida a la torta, tomo y me como una papita casi al mismo tiempo que muerdo mi chile o mi pepinillo. ¡Es delicioso!, pero sucede que me resulta tan placentero, que apenas termino la primer torta y enseguida me puedo comer la otra. Si en cambio tengo hambre, tomo el pan lo parto por en medio, ni siquiera le quito las puntas, aplico un poco de mostaza, pongo el jamón, el tomate, la cebolla y la lechuga y luego me la como, pues definitivamente no sabrá mal, pero es casi seguro que al terminarla quedaré satisfecha con tan solo una. La razón es, que la función de la segunda torta era quitarme el hambre y nada más. Mientras que la primera estaba satisfaciendo mi gusto. Esto no estaría nada mal, si mi intención no fuera eliminar algunos kilos de grasa en mi cuerpo. Curiosamente si me como la segunda y nada más, estaré consumiendo menos de la sexta parte de las calorías, que si me como la primera y además repito la dosis. Por eso digo que en un tratamiento para bajar de peso la función de la comida es llenar el hueco que me provoca el hambre y no el antojo que me incita a comer siempre un poco más.

En la lengua tenemos unas terminales llamadas papilas gustativas, estas son muy traicioneras, porque se ponen como ebrias pidiendo más y más de lo que les gusta, y aprovechan la debilidad que padecemos para seguir sintiendo placer, cada vez que introducimos en nuestra boca algún sabor que les resulta estimulante.
Deben saber que cuando por fin un paciente llega a su peso ideal y se mantiene en él, el suficiente tiempo como para que difícilmente pueda recuperar los kilos que perdió, prosigo a darlo de alta, entonces le explico que a partir de ese momento todo lo que coma debe ser tipo gourmet, les indico que busquen en los alimentos nutrir a su cuerpo y al mismo tiempo darle el lugar y el respeto que merece cada momento en que se alimenten y que escojan de preferencia recetas ricas, nutritivas y bien elaboradas. Postres que verdaderamente valga la pena comer. Platillos que sean satisfactorios a la vista y al paladar, que respeten el trofeo de haber llegado a su peso ideal y haberse mantenido en él, que de ahora en adelante busquen placer al comer y que por tal motivo no se lleven a la boca cualquier tipo de chatarra barata. Noooo, que busquen la crema y nata de los alimentos, que consuman recetas exquisitas. Total ya tienen al hábito de comer poco, por qué no podrían hacerlo.
Cada paciente que doy de alta, tiene el derecho de acudir a consulta sin que esto le represente un costo, a menos de que nuevamente empiece a subir de peso.
Como el ejemplo de la torta, les puedo poner un montón más, el de los tacos de barbacoa o chicharrón, el de los tamales, el de las enchiladas etc. etc. etc.
Leo, espero que haya sido clara en mi explicación, de no ser así házmelo saber.
Continuará.
Liliana.
1 comentario:
Buen día!!
Me parece excelente la explicación, ahora lo entiendo/recuerdo todo jajaja!
Después de leerte me acordé de mi propia nutrióloga jeje
El cerebro nos traiciona y de repente algunas cosas se nos olvidan =P como sabemos, esto de "estar en tu peso" es un largo proceso que jamás termina =D
Y bueno, gracias por recordarme la importancia de saciar el hambre vs. satisfacer el apetito y sobre todo, por recordarme que es VITAL distinguir la diferencia.
Saludos,
Leo =)
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