POR QUÉ DEBERÍAS ELEJIR TRATAR TU PADECIMIENTO CONMIGO.

El objetivo principal de mi tratamiento es utilizar la alimentación como un medio para el crecimiento y realización de mi paciente tanto en el aspecto físico, como en el emocional y espiritual.
Cualquier desajuste o carencia la transformo en una área de oportunidad para capitalizar las experiencias. La idea es lograr que mi paciente elimine permanentemente la grasa corporal en exceso o bien erradique ese hábito indeseable que tanto le molesta y le perjudica. Que mejore simultáneamente todas las demás áreas de su vida. Enriqueciendo su día a día, a través de una serie de intenciones cotidianas que harán del tratamiento algo único, personal, sencillo y versátil, más que nada divertido y estimulante.
Si acudes a tus citas tu éxito esta garantizado.

lunes, 27 de julio de 2009

DEL ÉXITO NADA SE APRENDE

Desde pequeños se nos educa con la idea de que todo lo que hagamos debe estar bien hecho. Todos los días tenemos un adulto que nos indica cual es la forma aceptable de hacer tal o cual cosa. Es correcto que así sea y además necesario, ningún bebé puede sobrevivir sin la supervisión de un adulto. La teoría de que no debemos cometer errores es una idea heredada de padres a hijos desde que existe el ser humano. La lógica dice que si alguien te ama trata siempre de protegerte del fracaso.
Por tal motivo le idea de cometer errores o equivocarse se convierte en un enemigo natural, nos atormenta la idea de hacer algo y que este algo no resulte bien en el primer intento. Aquí el asunto es que es imposible hacer las cosas y que estas siempre salgan bien, aun con la guía de un maestro. No estoy diciendo que la finalidad de antemano sea un desacierto, lo que estoy diciendo es que no debería ser tan frustrante el hecho de aceptar que muchas veces no atinemos a la primera. Nadie nace sabiendo, de hecho es importante entender que para poder aprender algo debemos primero vivir una experiencia, es justamente uno de los motivos por los cuales estamos en este mundo. Hemos venido a experimentar, hemos venido a aprender. La vida sería un poco menos difícil si la aceptáramos como un todo, y cuando digo un todo, me estoy refiriendo justamente a comprender que habrá sensaciones buenas y malas, existirán momentos de paz y también de mucha angustia, habrá situaciones de risas y alegría, así como de llanto y tristeza.
Hablar del éxito no es que resulte infructífero, pero no puedo decir mucho acerca de él, en tal caso es la finalidad de cualquier acción y que de lograrse habrá que pasar a otra cosa. Provoca una sensación interna de plenitud, es como una misión cumplida. Es extraordinario tener éxito, pero...¿qué pasa si no?, ¿qué sucede si una y otra vez lo intentamos y no logramos conseguir la meta o el objetivo?... ¿Debemos darnos por vencidos o debemos acaso seguir insistiendo?
La respuesta es muy personal, habrá quienes sigan en el empeño, habrá quienes no. El caso es que abandonar un ideal solo por el hecho de que no resulte después de mucho afán, no me parece del todo justo, sobre todo si el darse por vencido fue más una decisión tomada por falta de voluntad y de coraje, que por el entendimiento de que no vale la pena tanto esfuerzo si la meta ni siquiera es importante. Es decir, si el costo es muy alto y el beneficio casi nada, pues la retirada es aceptable. Pero cuando se trata de algo que puede determinar la calidad e incluso la cantidad de vida que tendremos, ¿se vale huir?
Es natural que todo el tiempo esperemos ganar, triunfar y tener éxito.
Alguna vez leí o escuché en algún lado la siguiente frase: "Del éxito nada se aprende". Al principio me sonó medio estúpido ya que la idea es justamente tener el éxito de nuestro lado todo el tiempo, pero siendo un poco profundos si analizamos la frase en realidad es cierto. También llegó a mis manos el siguiente escrito: "El fracaso es la prueba que antecede al éxito". No se trata de ser unos fracasados y andar por ahí felices porque todo el tiempo estamos aprendiendo a costa de los porrazos. No de ninguna manera, se trata de entender que si por algún motivo seguimos teniendo dificultad para lograr algo es porque necesariamente tenemos algo que aprender en el camino por obtener el triunfo en alguna meta que nos hayamos propuesto conseguir.


Es el caso de todos aquellos que diariamente nos proponemos mejorar la figura y la salud. Debemos pensar qué nos está tratando de enseñar Dios, qué es lo que nos está intentando decir la vida, qué tenemos que aprender de este proceso que por algún motivo se nos dificulta tanto tomar el trofeo y levantar la mano triunfalmente. ¿Debemos seguir intentando?, ¿Debemos simplemente retirarnos y resignarnos a permanecer igual toda la vida?

Creo que debemos estar alertas y tratar de interpretar el mensaje y las señales para de una vez aprender y poder decir adiós al cuerpo que no nos gusta y dar entrada al que nos agrada.
No lo olvides, es un proceso por tal motivo algo tienes que aprender de él, no lo dejes, no lo abandones, recordemos el dicho "tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe", tiene que llegar el día en el que después de tanto insistir podamos ver nuestro sueño hecho realidad y ver reflejada en el espejo la imagen física de quien verdaderamente somos.
Liliana.

sábado, 18 de julio de 2009

EL ESTÓMAGO NO TIENE DIENTES

Este lunes trece de Julio me vi en la necesidad de ser intervenida quirúrgicamente, me hicieron una amigdalectomía, o sea me quitaron las anginas. En noviembre del 2008 tuve un cuadro infeccioso de esos muy severos que posteriormente se repitió a principios de junio, el médico me dijo: -señora sus amígdalas ya solo le darán problemas, lo mejor es quitarlas para evitar complicaciones, yo le aseguro que nunca las va a extrañar. De tal modo decidí seguir las instrucciones y hoy 18 de julio ya han pasado cinco días desde que se me practicó la cirugía. Según yo, en tres días ya debería andar como nueva, aunque el doctor me advirtió que en los adultos no es como en los niños, el post operatorio y la recuperación son más lentos, es por eso que estuve en reposo cuatro días y hoy ya estoy trabajando. Deben saber que ha sido el peor de los cinco días, he tenido mucho dolor, para lo cual me he visto también en la necesidad de consumir más analgésicos, mismos que tienen un efecto en mi de letargo, total que lo mejor hubiese sido tomarme no cuatro sino siete días de reposo, yo les sugiero que cuando se vayan a someter a cualquier procedimiento quirúrgico, tratamiento médico o nutricional es mejor escuchar al experto y seguir sus indicaciones, porque para todo hay un motivo y el que sabe, sabe.
En este tipo de cirugías la dieta indicada se llama líquida helada, por eso la gente dice: - ¿te van a operar de las anginas?¡ pues vas a tener que comer mucha nieve de limón! Hasta parece que eso fuera divertido, no es que no me guste la nieve pero que tu vida esté basada en alimentarte con nieve de limón en la mañana, a medio día y en la noche, digo..., la verdad a mi nunca me entusiasmó la idea. La realidad es que puedes además comer gelatinas y cualquier bebida de preferencia fría, que sea tolerable y que no lastime al tragar. Según el médico sus pacientes bajan al rededor de cinco kilos en una semana(confieso que eso es lo único que me mantiene motivada por el momento). Como yo lo veo esto no se debe solamente a que solo se consuman líquidos porque pues hasta con puros líquidos se puede subir de peso. Lo que pasa es que es muy doloroso comer, lastima masticar, incluso pasar saliva duele y mucho, entonces no queda más remedio que masticar y masticar incluso la gelatina. Yo que soy bien tragona, he tenido que tomarme el tiempo necesario para comer y poder deshacer por medio de la masticación ayudando con la saliva hasta que quede una pequeña masa que pueda deglutirse sin raspar. Ha sido toda una experiencia, desde el lunes hasta el jueves no consumí nada que no fueran líquidos, sinceramente llegó un momento en el que no soporté más y me preparé un lonche, sencillito de jamón con un poco de mayonesa y unas rebanadas muy delgadas de jitomate, pues como literalmente moría de hambre comencé a comer, pero como el dolor se hacía presente en cada mordida y en cada movimiento de la mandíbula pues tuve que hacerlo muy despacio y con mucho cuidado. Me tomó al rededor de 30 minutos comer un sandwich, cuando regularmente tardo menos de cinco minutos. No tienen idea de cómo lo disfruté, venir a ver que se requiere de una situación que verdaderamente nos obligue a llevar a la práctica algo que desde siempre hemos sabido, sobre todo yo que a esto me dedico.
El proceso de alimentación inicia en la boca. Regularmente no le damos mucha importancia a esta etapa, sin embargo es la única que depende directamente de nosotros el realizarla correctamente. Dentro de la boca tenemos unas glándulas llamadas parótidas y sublinguales, su función es secretar saliva. La saliva contiene una serie de enzimas que se encargan de entrar en contacto con el alimento para convertirlo en bolo alimenticio y dar inicio al proceso de digestión.
El tiempo que el alimento permanece en la boca es de gran importancia para la correcta digestión y absorción de los nutrientes contenidos en él. Otra de las funciones que realiza la boca es que por medio de los dientes y el movimiento de la mandíbula tritura una y otra vez los alimentos para que estos pasen al estómago. Como el ESTÓMAGO NO TIENE DIENTES, es fundamental masticar en múltiples ocasiones para que cada bocado quede perfectamente triturado y haya tenido la oportunidad de estar suficiente tiempo en contacto con la saliva, de este modo cuando llega al estómago este no tiene que hacer trabajo extra.
Entre más tiempo le demos al horario de comida para poder realizar el proceso de masticación correctamente, más disfrutaremos del platillo en turno, e increiblemente como resultado también veremos una disminución en el peso corporal. Primero porque entre más masticamos más pronto nos cansamos y segundo porque eso le da tiempo al organismo para enviar las señales que determinan que ya estamos satisfechos.
Como verán comer es todo un arte, requiere de tiempo, energía y sobre todo de llevarlo a cabo con mucho respeto. En esa medida lograremos un equilibrio entre lo que comemos, el placer que nos produce y tener un peso ideal.
Liliana.

jueves, 16 de julio de 2009

LO QUE NUNCA DEBEMOS OLVIDAR

Una de las capacidades más afortunadas que poseemos los seres humanos es el olvido. Es asombroso tener el poder de no recordar, sobre todo aquello que alguna vez nos hizo daño. Si bien esto es magnífico, yo creo que hay cosas que es mejor tener siempre en la mente. Por ejemplo es muy frecuente que una vez que conseguimos llegar a una meta dejemos de lado lo que implicó lograr el objetivo. Es como cuando queremos tener una alberca en casa y una vez que está ahí nunca la usamos. O sea olvidamos el motivo del deseo y nos enfocamos en otra cosa. Como si solo se tratara de cumplir y dar paso a otra cosa. Pienso que en algunos aspectos esto no debe ser así, creo que hay cosas que nunca debemos olvidar. Por ejemplo cuántos de nosotros nos hemos sometido a un tratamiento de disminución de peso, avanzamos un buen de kilos hacia abajo y nos olvidamos de recordar lo difícil que fue conseguir este logro. Pasa en ocasiones que hacemos cosas que nos hacen perder la salud, es un típico ejemplo una cruda y juramos no volverlo a hacer, decimos nunca más vuelvo a beber, nunca más me vuelvo a desvelar, nunca más me vuelvo a descuidar, nunca más vuelvo a hacer esto o aquello y apenas pasan unos días y sucede de nuevo.
Alguien que ha logrado avanzar en la difícil tarea de eliminar de su cuerpo algunos kilos de grasa, sean estos muchos o pocos, nunca pero nunca debe perder de vista el costo, el esfuerzo y el sacrificio que aplicó en dicho empeño. Se nos hace fácil, pero la verdad es que no lo es. Bajar de peso y luego recuperarlo, volver a bajar y de nuevo volver a subir, es recorrer el mismo camino una y otra vez, y recorrer el mismo camino muchas veces resulta cansado, termina siendo agotador, llegará un momento en que decidiremos cambiar la ruta y el resultado será vivir resignados sin más salida que experimentar la miseria de la aceptación y todo por falta de voluntad. Dios nos creó y nos hizo perfectos, es cuestión de aplicar inteligentemente la libertad que nos brindó en el momento en que nos dio al mismo tiempo la responsabilidad de nuestra existencia. Olvidar es un don divino, pero recordar lo es también. Debemos olvidar para perdonar, y debemos recordar para no cometer una y otra vez los mismos errores. Si en algún momento tu logras revertir aunque sea un poco algún proceso que de antemano sabes te daña, nunca olvides cuanta energía y tiempo dedicaste para conseguirlo, aférrate al avance que hayas conseguido, descansa un poco y continúa, pero no des nunca en reversa, siempre hacia adelante, esa será la única forma en que puedas ver algún día tu sueño hecho realidad. Vencer el sobrepeso es solo cuestión de voluntad y de tiempo.
Liliana.

PÉRDIDAS Y GANANCIAS


Yo creo que la mayoría en alguna ocasión hemos escuchado la siguiente frase: "MUCHAS VECES AL PERDER SE GANA Y EN MUCHAS OTRAS AL GANAR SE PIERDE". Otro enunciado similar es: "MAS VALE UN MAL ARREGLO QUE UN BUEN PLEITO". En ambos oraciones está implícito desistir de algo, porque el costo beneficio no tiene lógica. Ganar en ocasiones resulta no solo inapropiado sino además innecesario, si por ganar en cualquier circunstancia perdemos la paz, la libertad, la salud o incluso la vida, pues habría que analizar que es más importante para cada uno de nosotros, si la satisfacción del supuesto logro o las consecuencias que dicho éxito nos propinó. No estoy diciendo de ninguna manera que no debemos luchar por nuestros ideales, principios y demás sueños, no, nada de eso. Estoy diciendo que en ocasiones es más una necedad y un capricho que un deseo auténtico y profundo de superación.
Cuando de obesidad se trata es evidente que para ganar es indispensable perder. Si deseo ganar una figura esbelta y bien formada, necesito perder peso o sea grasa, además de que será de mucho apoyo invertir o sea perder un poco de mi tiempo en hacer ejercicio. Así es como funciona: yo invierto: tiempo, energía, tal vez dinero; yo gano: verme y sentirme más saludable, más sexy, más segura (o). Todo tiene un costo.
El típico ejemplo que puedo señalar cuando se trata de perder ganando, es la comida en un restaurante donde haya buffet. Acudir a esta clase de sitios, resulta contraproducente, como el costo no va en relación a lo que se pide en un menú y es para todos el mismo precio sin importar lo que consumas, pues nuestra mexicana y aprovechada mente inmediatamente quiere ganarle al dueño, si de cualquier modo voy a pagar coma o no coma.... pues a comer se ha dicho. Así que entonces suponemos que ganamos porque en proporción a lo que comimos el precio se quedó corto, lo que ingerimos supera el costo que pagamos por el buffet. Algo que debemos saber todos los amantes de las bendiciones culinarias, es: los buffets están diseñados para que el cliente no consuma mayor cantidad de alimento del que pagó, es raro que esto suceda, de cualquier modo quien piensa que por comer en exceso le ganó al restaurante, no pierda de vista que quien perdió fue usted, ni más ni menos, porque cada vez está más lejos de conseguir la figura esbelta y el cuerpo sano que proporciona el alimentarse con moderación.
A los que nos gusta comer, y nos vemos sometidos a una restricción por la necesidad de disminuir de peso ya sea por salud o por estética, nos asalta con frecuencia un sentimiento de autocompasión, vemos que los demás gozan de libertad para elegir comer la cantidad y variedad de alimentos que deseen, por tal motivo nos sentimos como víctimas, en realidad ni somos víctimas, ni tenemos derecho a sentir autocompasión. Estamos liquidando una cuenta pendiente de exceso calórico, ahora necesitamos restringirnos dado que en algún momento abusamos. En la vida debe siempre existir un equilibrio, y la mejor forma de permanecer en este es utilizando la conciencia y manteniendo el control.
Sería bueno nunca olvidar que en muchas ocasiones aunque parezca que estamos perdiendo, es muy posible que en realidad estemos ganando. El tiempo nos lo demostrará.
Liliana.

sábado, 4 de julio de 2009

NO TODO ES PARA TODOS

Cada vez que una persona me brinda su confianza y acude a mi consulta en busca de ayuda para adelgazar o por cualquier motivo relacionado con su salud y su alimentación, inevitablemente siento una gran responsabilidad y por supuesto un gran compromiso. La primer sesión tiene una duración de aproximadamente una hora, esto se debe a que es importante esclarecer todos los aspectos que se deberán cubrir durante el tratamiento. Muchos de mis pacientes se sorprenden cuando después de media hora todavía no pasan a la báscula, lo último que yo hago en una consulta es determinar la dieta. Me he percatado que las expectativas que manejan en su mente con respecto al proceso que determinaron iniciar es más que pobre. Voy a poner un ejemplo de cómo es dicho proceso conmigo: en primer lugar deben hacer una cita para respetar el horario del que disponen, posteriormente una vez en la clínica deben llenar un expediente con sus datos, acto seguido pasan una entrevista personal, por supuesto dicha entrevista es la que dura cerca de una hora y es conmigo. A partir del momento en que cruzan la puerta de mi consultorio ellos suponen que los mediré, pesaré, les daré la mala noticia de los resultados obtenidos en el analizador de grasa corporal, les especificaré la dieta y posteriormente pasarán a la recepción para señalar la fecha y el horario de su próxima consulta. Nada más lejano de la realidad. Específicamente conmigo esto no acontece de esta manera, y he notado en muchos de ellos cierta ansiedad por el hecho de que esto no suceda en esta forma. La gran mayoría son individuos que han recorrido y experimentado casi todo tipo de los tan famosos pero poco exitosos tratamientos mágicos, y no se explican que relación puede tener la dieta, con el hecho de conocer su vida personal. Los antecedentes patológicos y familiares, así como el entorno, las actividades, las costumbres y los gustos de cada uno de ellos son imprescindibles al momento de prescribir una dieta, un complemento o algún tipo de ejercicio. Siempre lo he dicho, NO TODO ES PARA TODOS. Cada ser humano posee características muy personales que no podemos pasar por alto en el momento de prescribir una dieta o señalar un tratamiento. Es también básico entender las razones por las que acude a una cita y las necesidades incluso ocultas que lo mueven para estar en las circunstancias en las cuales se encuentra actualmente. Es un hecho que muchas personas se retiran porque no están dispuestas a enfrentar un proceso completo, es decir no quieren pagar el costo, y cuando digo costo no me refiero al económico, sino a todo lo que implica el camino de regreso al estado ideal. Es preciso entender que no estamos hablando de algo que se resuelva con tan solo tomar una pastilla, recibir una hojita con las especificaciones dietéticas, dar complementos alternos e indicar los 30 minutos de ejercicio diario que hay que realizar para quemar un poco más de calorías. Si así de sencillo fuese, créanme, nadie estuviera lidiando tan fatigadamente con una problemática de grasa excesiva o de daños físicos internos.
Este asunto de lo que se come y los motivos por los cuales se come, van más allá del esquema anteriormente descrito.
Es indiscutible que el chequeo de peso y la dieta son básicos para cumplir con el objetivo, pero lo más importante para un paciente que quiere recuperar el peso ideal o cumplir con lo requisitos nutrimentales que le regresarán la salud, nunca estarán bien cimentados con el solo acto de ponerle unos imanes, darle unas gotitas, aplicarle un parche, entregarle una lista dietética e indicarle que acuda nuevamente la semana entrante para ver los avances. Si bien estos son coadyuvantes en la trayectoria por conseguir su objetivo, nunca logrará llegar a la meta y permanecer en ella, si no se llega a la raíz que desencadena el problema. Es indispensable someterse a una terapia. Por supuesto que las medidas alternas son de muchísima ayuda, pero si no habla de su problema, lo describe y lo enfrenta no tendrá nunca éxito. Es necesario entrenarse, suena raro y hasta increíble, pero el entrenamiento y la realización de cierto tipo de especificaciones son indispensables. Repetir y repetir, insistir e insistir, hasta romper la liga que nos ata a cualquier adicción, en este caso con la comida. Podemos comprar un libro de dietas y tratar de hacerlas todas, dominar el apetito con el uso de anfetaminas y hasta someternos a una cirugía de resección gástrica y obtener un logro temporal, y así será, solo temporal. Porque en el 98 % de los casos regresará el peso original si no se invierte un poco de tiempo en el entrenamiento mental que se requiere para solucionar el problema definitivamente.
Hay una frase que dice así: easy comes easy goes (fácil llega, fácil se va), esto no es sencillo, pero tampoco es imposible. Todo se puede lograr con voluntad, disciplina, entrenamiento y constancia.
Tú tienes el poder de conseguir verte y sentirte como sabes que lo mereces.
Sonríe, respira profundo y aplícate.
Liliana.

viernes, 3 de julio de 2009

¿Cuánto por tu vida?

Nunca me cansaré de decir que mi mamá era una persona muy sabia. Hace como 18 años, cuando Monterrey era una ciudad más segura, ya existían los negocios que vendían protección, es decir las famosas alarmas de seguridad que se ponen en las casas las empresas, las tiendas etc., por aquello de un asalto. Como siempre creemos que seremos la excepción, pues no se nos ocurre pensar que podríamos ser víctimas de un robo o algo así. Recuerdo que mi difunta madre decía que si podíamos gastar 2000 pesos en una cadena de oro, unos aretes o una hermosa pulsera, sería más prudente invertir en un equipo que te brindara la tranquilidad de saber que si tu hogar estaba solo y algún amante de lo ajeno quisiera despojarte de tus posesiones, pues dicho sitio no estuviera desprotegido en caso de que alguien ya le hubiese puesto el ojo encima. También comentaba que sentía una gran paz al saber que si el asaltante estuviese dentro del lugar existiera la posibilidad de picarle a un botón de alarma silenciosa (como la de los bancos), y tener la esperanza de que alguna autoridad llegaría al rescate para lidiar con el delincuente. Desde entonces y hasta el día de hoy yo siempre tengo el servicio de alarmas, el papá de mi hijo un hombre inteligente y visionario tiene años de brindar este tipo de apoyo (por cierto nunca han robado en ningún lugar donde él sea el proveedor de este servicio; y no es comercial). La verdad mi mamá tenía razón, nada es más importante que la integridad personal. Nada vale más que una vida humana. Lo anterior es solo una analogía, es una reflexión muy objetiva de lo que para mi gusto es lo más importante que posee un ser humano: su cuerpo, su salud física, mental y emocional.
Las alarmas son una medida preventiva, o sea es una forma de evitar que ocurra algo. De la misma manera sucede cuando de nutrición se trata.
Invertimos dinero, tiempo, y mucho, muuuuucho trabajo en adquirir cosas materiales. Casa, coches, joyas, ropa de moda, zapatos, bolsas (en el caso de las damas), bisutería, fiestas y un sin fin de artículos y posesiones que de ninguna manera podremos disfrutar en caso de estar enfermos y que tampoco nos llevaremos a la tumba.
En el caso específico de lo que a nutrición y salud se refiere, no creen que sería muy conveniente prevenir, en lugar de curar.
O sea, tengo que tener la presión alta, colesterol excesivo en mi sangre, pagar una prima extra de seguro de vida y de gastos médicos mayores por mi sobrepeso, tener las arterias ya duras y saturadas de grasa, algún daño renal o hepático, desviación en la columna, dolor en mis pies, depresión por verme físicamente medio deforme; para entonces acudir por ayuda inemediata y mágica.
Muy pocas son las mujeres y los hombres que le dan prioridad al tema de evitar y resolver
anticipadamente alguna enfermedad futura. Creo que todo es cuestión de conciencia. ¿Cuánto pagaríamos si tuviéramos para hacerlo por una vida y CUÁNTO ENTONCES POR LA NUESTRA?
Las enfermedades para cuando son evidentes en nuestro cuerpo es porque ya tienen un tiempo gestándose dentro de él. Nosotros no vemos cómo se van desarrollando, simplemente un día demuestran su presencia y es entonces cuando definitivamente no podemos seguir eludiendo la responsabilidad de poner remedio al mal, y entonces sí tener que pagar el costo, sea este físico o emocional y por consiguiente económico también. Del mismo modo no podemos ver lo que una buena nutrición, una apropiada complementación y los buenos hábitos como el ejercicio, dormir suficiente y demás, aportan de positivo en el interior del organismo. Sin embargo está comprobado por estudios científicos que el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad disminuye considerablemente si llevamos a cabo todo lo anteriormente mencionado. Dijo alguien que CUANDO TE TOCA AUNQUE TE QUITES Y CUANDO NO TE TOCA AUNQUE TE PONGAS. Si bien apoyo esta teoría ya que depende de la voluntad divina, también está claro que Dios nos concedió la libertad de elección y que irremediablemente gran parte de la responsabilidad de tiempo y calidad de vida depende de cada uno de nosotros. Pienso que las medidas preventivas nunca están de más, opino que no hay mejor inversión que la que podamos brindarnos por voluntad propia. Creo que nunca es tarde para poner una alarma, siempre es un buen tiempo para darle una ayudadita al tan perfecto pero también delicado recurso físico que nos proporcionó Dios: NUESTRO CUERPO.
Liliana.

jueves, 2 de julio de 2009

HISTORIAS DE ABSOLUTO ÉXITO

Si bien son muchos los pacientes que tienen éxito ya sea porque se encuentran en el proceso de disminución de peso o porque se están estabilizando (lo cual me produce mucha satisfacción), hoy hablaré de tres casos específicos que generan en mi interior un verdadero respeto, tengo muchos más que quisiera publicar por ser testimonios de total voluntad y compromiso con las metas que se proponen, pero nos iremos por partes. El primero y que casi todos ya conocen es el ejemplo de CELESTE FLORES, una mujer que pese a todos los obstáculos que consiente e inconsientemente se le presentan día a día no pierde el entusiasmo y en una demostración de amor a sí misma se ha destacado por su constancia y empeño. Ella ha manifestado padecer desde su infancia el terrible mal del sobrepeso, su trayectoria conmigo como era de esperarse, no ha sido nada fácil ya que su problema tiene un arraigo de muchos años y si bien todavía no consigue llegar al objetivo que nos planteamos, ella sigue desahijando una a una cada pequeña raíz que la mantiene atada; segura estoy de que muy pronto con toda la energía y tiempo que le dedica, logrará mirar atrás y ver que esta historia de conflicto consigo misma habrá quedado en el pasado. Aunque todavía le queda camino por recorrer, debo admitir que su éxito hasta hoy ha sido el permanecer como poca gente lo hace, e insistir aún con lo difícil que es no desertar, para algún día lograr ver su sueño hecho realidad (todos lo que viven como ella este padecimiento saben que así es).
EDGAR AMAURY SEGOVIA es un chico que llegó a mi consulta un 12 de junio de 2008. Lo di de alta el 28 de noviembre del mismo año. Terminó su tratamiento con 22 kilos menos de como inició. Cabe señalar que este peso lo conservó por espacio de dos meses atrás, esta fue la razón por la cual se ganó el privilegio de no volver a tener que pagar una sola consulta más a partir de esta fecha, y así será por el resto del tiempo mientras yo me dedique a dar consulta, a menos de que recupere cinco kilos de los que perdió durante el tratamiento, cosa que no sucederá mientras que no abandone por completo la idea de asistir a verme con regularidad antes de que esto pase. Pero figurense ustedes que para el 10 de marzo de 2009 el agregó a su cuenta tres kilos más o sea 25 kilos menos en su cuerpo a partir de la fecha de ingreso. El 19 de junio lo vi por última vez con todavía un kilo y 600 gramos menos. No es sencillo que un paciente conserve el peso total disminuido y mucho menos que todavía baje un poco más. Hoy Amaury se mantiene justo en el porcentaje súper ideal de grasa en su cuerpo. Lo felicito por sus logros, pero sobre todo porque si bien, siempre fue una persona positiva y entusiasta, hoy es un chico que ha mejorado aún más en todos los aspectos de su vida personal y profesional, porque la experiencia a la que se dio oportunidad lleva implícita este tipo de realizaciones.

KARINA TORRES , inició su historia en mi consulta el 2 de octubre de 2008 tiene al rededor de dos meses en estabilización y estoy a punto de darla de alta, cada caso es diferente por eso también los tiempos son diferentes. Se ha conservado con 21.2 kilos menos y al igual que casi todas las historias de éxito lo ha logrado solo con su voluntad y con nada más. Es de esos casos raros, y digo raros porque lo único que ella a hecho es asistir a su consulta y seguir las instrucciones, no se ha valido de nada más para lograrlo, y cuando digo esto no significa que que no sea correcto utilizar medios de apoyo para conseguir un objetivo, pero es muy poco frecuente que así suceda. Dentro de algunos días tendrán la noticia de que ella cumplió y se mantiene. Karina una joven siempre sonriente, ha sido el típico ejemplo de un progreso con fluidéz gracias a su perseverancia.

No me queda más que decir, cada caso habla por si mismo. Lo único que puedo agregar es que ojalá y cada uno de los que padecemos de este mismo mal, podamos como ellos cambiar las estadísticas y demostrar que es posible revertir los porcentajes cada día más alarmantes de esta enfermedad.
Hay una frase que nunca olvido y no recuerdo dónde la escuché, perfo me encanta:
NO HAY GANANCIA QUE PERDURE SI NO SE EMPLEA EN CONSERVARLA EL MISMO ESFUERZO QUE SE HIZO EN OBTENERLA.
Liliana.

COMO EL NOVIO QUE SE FUÉ

En la vida todo tiene sus similitudes. Hoy recordé la historia de una jovencita que estuvo muy enamorada de un chamaco. Cómo sufrió la pobrecita por tener que abandonar esta relación. El tipo la engañaba, le hacía un sin fin de desprecios, y ella por razones que tal vez nadie a excepción de ella misma podría entender, lo amaba. Se llegó el día que necesariamente tuvo que decirle adiós. El ahora exnovio vivía justo cerca de la casa de una tía de la susodicha, era imposible que cada vez que acudía a casa de la tía, evitara voltear para ver si aquel mal agradecido amor pudiese estar ahí, tal vez lo viera desde lejos, tal vez sucediera que tocara la casualidad de que el hombre estuviese ahí y la viese a ella. Eso nunca sucedió, jamás durante más de un año de haberse despedido el individuo en cuestión estuvo ni dentro ni fuera de su casa. Así se pasó el tiempo, y la chica seguía inevitablemente una vez cada semana, esperando que en algún momento durante el trayecto a realizar la visita a la tía, se diera el momento de toparse y verlo una vez más. Un día... y después de transcurrido un buen de tiempo, la mujercilla llegó a casa de la tía y se dio cuenta de que no había recordado voltear para percatarse de la presencia del individuo, ese día se llenó de júbilo. Por primera vez lo había olvidado, es más, sucedió que las ocasiones siguientes tenía que concentrarse en voltear antes de llegar, pero por situaciones inexplicables casi siempre lo olvidaba. Ustedes se dirán a que viene esta historia. Pues bien, hace unos días mi paciente Celeste escribió un post (ya saben que ella siempre se reporta), ¡y me dio un gusto!!!!!, cuando al leerla me di cuenta de que por primera vez en más de un año, se olvidó de realizar un tiempo de sus tres obligadas comidas. Simplemente los minutos se le fueron en otra cosa, su atención se desvió de la comida. Cuando algo así sucede podemos afirmar que existe un auténtico avance en el tratamiento. Porque la verdad uno nunca olvida, cuando de una fijación se trata. Pude visualizar en ese evento que así como el novio ahora en el pasado, la comida pasó a ser cosa secundaria para ella. La menciono como ejemplo porque casi todos están familiarizados con su historia. Cuántos habemos que como ella, llega el día en que después de mucho sufrir por una relación, simplemente pasa a ser parte del recuerdo.
Así sucede cuando nos rendimos, nos rendimos y entendemos que hay situaciones en la vida que simplemente es necesario dejarlas ir. La comida mis lectores se convierte en una mala relación cuando se trata de una obsesión, cuando la utilizamos para algo más que no sea nutrirnos.
Si nos aplicamos, y cada día decretamos que podemos manejarla, que no tenemos que darle más poder del que verdaderamente tiene, llegará el momento en que suceda con los alimentos lo mismo que sucedió con el novio, un día ya no vamos a voltear.
No le des el control de tu vida a nada ni a nadie, no permitas que una dependencia te quite la libertad y mucho menos la plenitud y la felicidad.
Liliana.