
Cotidianamente amanece el día y una de nuestras principales preocupaciones es terminarlo sin que nada nos ponga en riesgo o amenace nuestra salud. Vivimos alarmados por la inseguridad, deseamos no ser víctimas de un asalto, un robo, un levantón, un secuestro, un accidente automovilístico o cualquier otra cosa que pueda ocasionar que nuestra integridad personal se vea violada. Nos mortificamos por el calentamiento global, por la pérdida de la capa de ozono, por la contaminación ambiental, por no estar cerca de un ataque terrorista o bien por nunca encontrarnos en el lugar equivocado a la hora menos indicada. Y es que quién puede estar seguro en el universo actual
en el cual vivimos, si muchos de los riesgos, no dependen directamente de nosotros.

Pues bien, si todavía no hemos sido consientes, es el momento de aterrizar, poner los pies sobre la tierra y darnos cuenta de una vez por todas de que el principal enemigo con el que vivimos cotidianamente somos nosotros mismos. Y que la mejor forma de protegernos no es adivinando cuando llegará un intruso a nuestra existencia que nos pueda quitar la vida o la salud. Eso podemos evitarlo estando alertas, pero es imposible tener una garantía de que nunca nos sucederá. Tener un enfrentamiento con un delincuente, la experiecia de un terremoto, un huracán, un accidente de aviación o unas vacaciones con un sunami, no dependen de ningún modo de nosotros, ya que no poseemos el dominio total del mundo.
Las posibilidades de morir por cualquiera de las situaciones expuestas anteriormente son por muchísimo menores, que las que nosotros mismos provocamos con nuestras actitudes y nuestros malos hábitos.
En mayo de este año 2009 estuvimos privados de asistir a trabajar, se suspendieron las clases y se nos sugirió llevar a cabo una serie de medidas preventivas para evitar contraer el virus de la influenza humana (originalmente llamada porcina).
Me pregunto si ustedes saben quienes son los principales agresores de nuestra salud y de nuestra integridad física.
Increíblemente a diario nosotros mismos agredimos y arriesgamos nuestro cuerpo y nuestra salud con todo aquello que nos llevamos a la boca. Parece ridículo pero así es. Todos los alimentos industrializados contienen sustancias que nos perjudican, la comida rápida posee un sin fin de añadidos tóxicos, desde conservadores hasta grasas trans. Los embutidos tienen algo llamado nitratos y nitritos que son sumamente cancerígenos. La alta ingesta de alimentos refinados con contenido de azúcares simples, así como el alcohol y el tabaco, son cosas que aparentemente pudiesen ser totalmente permitidas, pero que no por eso, dejan de representar una amenza para la salud. Los productos ahumados, los refrescos embotellados, incluso la leche, el pollo, la carne, el pescado y hasta la verdura y la fruta, contienen por alguna u otra causa sustancias que nuestro cuerpo no admite como parte natural del mismo. Viendolo de este modo tendríamos que dejar prácticamente de comer, pero no se trata de eso. Se trata de vivir con consiencia y como en alguno de mis anteriores artículos lo mencioné, hacer de lo que hace daño lo que menos haga daño. Por eso es mejor comer poco y que de ese poco que comamos, elejir aquello que se aproxime más, a lo natural.
La obesidad se ha convertido en el enemigo público número uno de la humanidad. Algo tan simple como comer, está representando en este momento y en el futuro, el mayor riesgo que los seres humanos hallamos conocido, pudiese incluso ser la causa de la máxima mortalidad en la actualidad y todavía más en un futuro no muy lejano.
Literalmente basta citar lo siguiente: LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS), RECONOCE A LA OBESIDAD COMO UNA PANDEMIA (EPIDEMIA MUNDIAL) Y RECIENTEMENTE HA EXPRESADO QUE HOY EN EL MUNDO HAY MUCHO MÁS OBESOS QUE DESNUTRIDOS, Y CATALOGA A LA OBESIDAD COMO EL PROBLEMA MÁS GRAVE DE SALUD PÚBLICA QUE LA HUMANIDAD ENFRENTARÁ EN EL SIGLO XXI. POR PRIMERA VEZ EL NÚMERO DE PERSONAS CON EXCESO DE PESO SUPERA AL DE QUIENES PADECEN HAMBRE. "Y EL HAMBRE Y EL CONSUMO EXCESIVO DE ALIMENTOS REPRESENTAN LARGAMENTE MÁS DE LA MITAD DE LAS ENFERMEDADES DEL MUNDO".
La obesidad ataca a pobres y ricos y es que los alimentos más baratos son altamente calóricos, y la comida más sencilla de adquirir es la rápida.
Se dice que para el 2020 de seguir así, el 90% de la población padecerá de sobrepeso o de obesidad. Es decir la obesidad esta siendo y será una de las causas de muerte más frecuente, debido a que se relaciona con diabetes, infartos, alta presión, enfermedades renales y hepáticas, así como cáncer y complicaciones relacionadas con la misma.
Pienso que ha llegado el momento de hacer algo al respecto. Creo que no podemos dejar en manos de la negligencia personal una enfermedad que literalmente le estamos heredando a nuestros hijos. Sé que no es creíble, que un placer tan suculento sea tan extremadamente dañino, pero si no ponemos un alto, si no hacemos consiencia y si no buscamos una forma más gratificante de compartir y llenar nuestros vacíos existenciales, entonces nos veremos inevitablemente involucrados en formar parte de las estadísticas que nos prometen una vida llena de enfermedad, saturada de limitaciones y sobre todo de una vid
a carente de plenitud. Como dijo el del anuncio: "nada con exceso todo con medida".

No se trata de no comer, se trata de elegir, porque tenemos la capacidad de hacerlo. Somos seres pensantes, con voluntad y determinación. No podemos permitir que la comida nos gane, no podemos seguir creando un mundo lleno de gente que apenas puede caminar. Tenemos el derecho y sobre todo la posibilidad de abstenernos, y de determinar qué y cuánto deseamos llevarnos a la boca. La terapia ocupacional es una buena y muy válida opción, cuando te veas vacío de oportunidades, piensa qué puedes hacer actualmente que sea más productivo e incluso que te dé algún ingreso extra (con esto de la crisis), que estar pensando cuál será el siguiente manjar que te llevarás a la boca. El ejercicio es una magnífica elección (no te dá ingresos extra), te dá una forma desipar todos lo venenos provocados por una mala dieta. Mi recomendación es: come poco, y que de ese poco mucho sea sano.
Hoy debes entender que el mayor enemigo no está en las calles, se encuentra dentro de tu vida y de tu casa, y lo peor es que tú mismo lo invitas cada cotidianamente.
Debemos superar un día a la vez.
Liliana.
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