Todos sabemos que debemos ejercitarnos con regularidad. De hecho la frase "debes hacer ejercicio todos los días", se ha convertido en un cliché. La realidad es que todos lo sabemos, pero muy pocos le damos la importancia que merece, a ese espacio en el que le devolvemos un poco de cariño y apapacho a nuestro cuerpo, cuando cotidianamente lo bombardeamos de estrés, toxinas y malos hábitos. Y es que aunque existan personas súper disciplinadas, es imposible que no se vean de alguna forma afectadas por las agresiones del medio ambiente. El ejercicio no es solo una forma de mantener la figura, es mucho, muchísimo más que eso.
Voy a definir algunos aspectos. Se conoce como actividad física a todo aquel movimiento muscular que requiere de energía para realizarlo, si este movimiento es programado, repetitivo, estructurado, y mantiene o mejora uno o más de los componentes del cuerpo, se le denomina ejercicio físico. Cuando la actividad física no alcanza para mantener un equilibrio saludable, decimos que la persona es sedentaria.Practicar algún tipo de deporte o rutina de ejercitación nos ofrece múltiples ventajas, no solo a nivel físico, sino emocional y espiritual también, se dice que es lo más cercano a la fuente de la juventud. Según hipócrates, es imprescindible porque disipa toda clase de venenos derivados de una mala dieta. Además de mejorar la imagen personal y el control de peso corporal, el ejercicio previene el riesgo de morir por algún tipo de enfermedad cardiovascular, retrasa el desarrollo de la hipertensión arterial y disminuye los valores de la misma en caso de tenerla elevada. Mejora el perfil de lípidos en sangre (baja el colesterol y los triglicéridos), reduce la posibilidad de padecer diabetes no insulinodependiente, así como de que aparezcan ciertos tipos de cáncer, ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades de la vida diaria. Mantiene la estructura y función de las articulaciones. Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño y al mismo tiempo libera de tensiones y mejora el manejo del estrés. Combate y mejora los síntomas de la ansiedad y la depresión, aumenta el entusiasmo y el optimismo. Previene la osteoporosis y en adultos de edad avanzada disminuye el riesgo de caídas y ayuda a retrasar las enfermedades crónicas y aquellas relacionadas con el envejecimiento.
Hablando de envejecimiento, muchos autores afirman que un individuo de 65 años que haga ejercicio a diario tiene una mayor capacidad física y vital que uno de 45 años que no realiza ninguna actividad física.
Como podemos ver, no solo es cuestión de vanidad realizar algún tipo de deporte.Si bien son muchas las personas que actualmente están comprometidas con un programa de acondicionamiento físico, son más aún aquellas que se resisten a ello. Para quienes tienen la intención de iniciar algún tipo de actividad de forma regular y que cuentan con la posibilidad de acudir con algún especialista, sería ideal hacerlo, porque quien mejor que un experto para brindar una buena asesoría; pero para quienes no disponen de liquidez para pagar el costo, es indispensable considerar algunos aspectos antes de iniciar.
Primero que nada elija un deporte que le guste y lo disfrute. Busque alguna compañía que le agrade para realizarlo (novio(a), amigo(a), hijo(a), etc.) esto evitará que lo abandone con facilidad. No tiene que limitarse a elegir las actividades tradicionales.
Posteriormente debe comenzar el programa de ejercicio a una intesidad que no le quite el aliento, al grado de no poder mantener una charla, alterne días de trabajo intenso y de larga duración con días de trabajo más suave, aumente la duración del ejercicio en forma gradual, además debe variar la intensidad. Es importante darse cuenta de que para aumentar la actividad, no es indispensable acudir a un gimnasio o comprar equipo especial para hacerlo. Podemos caminar, trotar, correr, saltar a la cuerda, asistir a un parque, subir un cerro local, bailar o comprar algún video que nos indique cómo hacer ejercicio en casa. Si definitivamente no estamos en forma, sería muy prudente comenzar por aumentar la actividad cotidiana usando menos el coche, o bien, con pequeñas caminatas cerca de casa. Antes de entrar de lleno a una rutina formal de ejercitación, es básico consultar a un médico en caso de padecer alta presión, algún tipo de enfermedad cardiovascular, diabetes o dolores de espalda. No se debe comer de preferencia dos horas antes de iniciar el ejercicio. Detener la actividad si perdemos el aliento o en caso de algúntipo de malestar. Debemos hacer algún tipo de precalentamiento para evitar alguna lesión, usar ropa holgada, de algodón y calzado deportivo adecuado y de calidad.
En ocasiones nos sentimos muy motivados al principio y por esto abusamos y nos excedemos en el tiempo, esto a su vez provoca que podamos sentir algún tipo de molestia y que en corto tiempo abandonemos el ejercicio. Es por esta razón que es preferible hacerlo de forma gradual.
No debemos olvidar que para que el rendimiento del cuerpo sea óptimo durante el tiempo que dure el ejercicio y por supuesto el resto del día, es sumamente importante considerar los siguientes factores: 1) Una dieta que aporte suficiente cantidad de energía con lo correspondientes porcentajes de hidratos de carbono, proteínas y grasas, y que sus fuentes sean de preferencia naturales como frutas, verduras, leguminosas, cereales de grano entero etc. 2) Hidratación adecuada. El suministro de suficiente agua y bebidas especiales permite que no experimentemos una descompensación en el cuerpo y a su vez favorece para tener una piel fresca y tersa, además, es bien sabido que los líquidos ayudan a eliminar muchas de las toxinas que consumimos y fabricamos, 3) Con frecuencia y dependiendo de la edad es necesario consumir algún tipo de complemento nutricional que nos proporcione uno o varios nutrientes que de antemano sabemos no se encuentran en cantidad suficiente en la dieta o bien que hemos empezado a fabricar menos, como es el caso de la coenzima Q-10, picolinato de cromo y muchas otras. 4) Descansar y dormir suficiente nos ayuda a recuperar la energía que perdimos durante las horas de vigilia.
Considerando todo lo anterior, sería absurdo seguir negando la importancia del ejercicio en nuestra vida. Pienso que ha quedado claro que no es lujo sino una necesidad, y que debemos establecer un verdadero respeto por los horarios en que nos propongamos practicar nuestro proyecto de ejercitación, después de todo que puede ser más trascendental que sentirnos bien y dedicar un poco de tiempo al recurso más importante con el que contamos en nuestra vida: nuestro cuerpo. Hazlo por ti y por las personas que te aman.
Liliana.