
En el caso específico del sobrepeso o la obesidad mórbida declarada, siempre llega un momento en el que nos preguntamos ¿CÓMO FUE QUE ME SUCEDIÓ ESTO? Claro que en muchas de las ocasiones y por supuesto no solo en procesos que tienen que ver con un físico que no consideramos merecermos, esta pregunta está presente, sobre todo cuando desde niños pensamos que la vida era fácil, entendible y compasiva. Sucede que si nos encontramos en este mundo es justamente porque hay muchas situaciones, cosas y vivencias que tenemos que enfrentar.
La pregunta obligada siendo seres racionales, es y será siempre ¿CÓMO FUE QUE ME SUCEDIÓ ESTO?
No importa si se trata del ASPECTO Y LA SALUD, hay muchas otras cosas que no tienen que ver con esto, hay situaciones de conflicto o de la misma personalidad que nos orillan siempre a hacernos esta pregunta.
Definitivamente no estoy en contra de descubrir de dónde proviene la causa que provocó en nosotros el conflicto que deseamos resolver. Lamentablemente en mi experiencia, pasamos mucho, muchísimo tiempo tratando de encontrar la causa, cuando en realidad debiésemos encontrar la solución.
Me encantan las buenas noticias (a quién no), pues les tengo una más. No somos culpables de lo que fuimos, pero sí de lo que podemos ser. No somos cien por ciento responsables de las cosas que hicimos pero sí de lo que hagamos de ahora en delante. Por eso creo que ha llegado el momento... sí, ha llegado. ¿De qué?, de ser todo aquello que alguna vez quisimos y queremos ser. Ha llegado el momento de perdonar.
¿A quién?
Primero que a nadie a nosotros, porque nadie nace sabiendo. Qué sentido tendría la vida si todos tuviésemos las respuestas desde que nacemos. Qué sentido tendría estar aquí, si no tuviésemos que enfrentar retos, tener objetivos y lograr metas.
Después, debemos perdonar a nuestros padres, a nuestra familia en general, porque ellos tampoco nacieron sabiéndolo todo. Y por último debemos perdonar al entorno, a la sociedad, a nuestro país y a todo aquello que externamente nos causó daño o dolor.
Cada uno tendrá que aplicar esto, a el proceso que desea superar.
Después de perdonar, el siguiente paso será hacer conciencia de todo lo que deseamos camb
iar y por supuesto de los pasos, opciones y oportunidades que tenemos para hacerlo.

El camino de nuestra vida siempre está y estará llena siempre de buenas intenciones, las buenas intenciones no son son siempre suficientes. Hay que aplicar medidas, hay que buscar ayuda, hay que tener disciplina y encontrar soluciones. Hay que tener voluntad, paciencia, tolerancia y sobre todo compasión, sí, compasión por nosotros y por los que nos rodean. Debemos entender de una vez por todas que nada que valga la pena se puede dar eficaz y adecuadamente si no es mediante un proceso. Es indispensable darle tiempo al proceso. Más que nada porque el tiempo siempre será un aliado cuando de superación y crecimiento se trate. Debemos ante todo soltar, pero nunca dejar. Soltar significa dejar de lado la obsesión pero nunca abandonar.
Para aquellos que de verdad quieren y desean bajar los kilos de grasa extra en su cuerpo, deben saber que nunca por ningún motivo deben obsesionarse con esto, la obsesión actúa como un resorte, entre más lo aprietas, más puede salir disparado.
Hoy todo puede ser diferente. Hoy todo puede ser mejor. Respiremos profundo, relajémonos y comencemos de nuevo. Volvamos a ser niños, perdonemos y entendamos que debemos tener paciencia para reencontrar el camino que nos llevará a lograr conseguir nuestro sueño de ser personas saludables, felices y realizadas.
Hasta la próxima.
Liliana.
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